Engaño

Corría la lluvia en agosto, cuando las cosas cambiaron definitivamente. Le entrego las cartas del buzón, y dejo su chaqueta gris en la silla de entrada, la mesa era servida y la radio evacuaba una canción melosa, Silvia miraba atenta buscándole la miraba cansada, le pregunta como estuvo su día... no hubo respuesta, se le cruza por el campo visual y el ni se inmuta. Ella viste diferente este día, es el aniversario nº algo y nadie dice una palabra al respecto, los niños duermen en una casa amiga y el no lo ha notado aun.

Después de haber cenado, Bastian se recuesta en el sillón café, el mismo que su mujer había remodelado hace ya 7 años, motivo por el cual, el, le había regalado un par de aros de perlas. Ella se sienta a su lado buscando su abrigo, el le abraza de mala gana y se queda dormido. Sueña con otra, con una mujer mayor que su compañera, una mujer de cabellos recogidos y oscuros, los ojos de ella no son abiertos, están mas bien callados y son del mismo perla de sus oídos, el le toma la mano en su sueño y le pide danzar, ella no se lo permite, le mira directo a los ojos , pero hay rechazo en vez de amor, el sueña que le grita una palabra y ella da vuelta la espalda para retirase de aquel onírico encuentro.

Despierta, Silvia esta callada, como llorando en seco, ella luce vital, ansiosa y frustrada. Bastian le mira de frente y ella , esta vez, rehuye su mirada, le toma la mano donde puso el anillo lleno de promesas que no se cumplirían, y le dice "ya es hora, me tengo que ir". Silvia rompe en llanto, preguntándose el por que, pero sabe la respuesta, aquel hecho estaba firmado, pero era un cheque sin fecha de expiro... había llegado el día y ella lo sabia. Le prepara la maleta donde guarda con cuidado uno a uno los recuerdo de aquella vida juntos, empaca también, las ganas de mas abrazos de el, y le agrega la bufanda con la que lo conquistó. Ella le pide un ultimo beso y el le deja en los labios una palabra... "fingí" las mismas letras para lo que le gritara a la mujer de sus sueños. Silvia rasga su vestido de dolor y el se va dejando atrás la casa, para ir de regreso donde su esposa.